Tras la clase del día anterior de DAI de la cuál
aprendimos a liberar nuestra mano, a fluir, a movernos y a dialogar con nuestra
obra. De este modo empezamos a dejar fluir nuestras emociones y a crear obras a
través de la equivocación y de la reedición de lo que estamos pintando.
Es aquí
cuando recuperamos el estilo de Twombly en su última obra, y en mi opinión la
mejor y más creativa de las obras de este autor. En la obra que en este día
representamos nos enfrentamos ante un cuadro que pasa por diferentes fases,
tanto de destrucción, de caos, de desorden, como una fase totalmente contraria de construcción, ideación y ordenación. En
este cuadro los colores pasan a tener mayor importancia superponiéndose unos a
otros y siendo rematados con unos trazos en color blanco.
Tras conocer las
líneas generales de la obra, nos disponemos a realizar nuestros cuadros. En
este proceso de creación en el que siente la verdadera soledad del lienzo,
frente al cual en muchos momentos te encuentras estupefacto y sin saber cómo
continuar por el camino acertado la obra. Sin embargo ese camino no tiene que
ser el más rápido ni el mejor, ya que este cuadro se basa en eso mismo, en el
error, la equivocación y la improvisación.
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