De nuevo, recuperamos el objetivo de proyectar una ampliación del museo, pero esta vez si, desde un proceso de trabajo más correcto. Está claro que gran parte de culpa la tiene el diseño de la planta del edificio, esta vez originada de una serie de entramados de lineas que el edificio despierta en sus alrededores. Decir que el proceso de trabajo es totalmente distinto ya que las semanas anteriores el propio proyecto acaba definido, sin lugar a la exploración ni a la ampliación, como un objeto inerte que no establecía ningún tipo de relación con lo que tiene a su alrededor. En cambio, esta semana la dinámica de trabajo ha sido totalmente distinta, ya que partiendo de la planta obtenemos un dibujo analítico que nos servirá como matriz generadora de todo los procesos posteriores.
Para llegar a este proceso de elaboración, la etapa de dibujo analítico es fundamental, es una etapa que va evolucionando al igual que lo hace el proyecto.
Tras esta etapa, y como hacia el propio Gehry antes de afrontar sus proyectos, se idearan varias soluciones y de todas ellas ellas se elegirá la más adecuada. El juego de probar está sobre la mesa.
Sin embargo, todas ellas comparadas con la grandiosidad y complejidad del Guggenheim me parecían insignificantes, por ello me he visto casi en la obligación de buscar una alternativa, y esa es una de esas que a veces llegan por causalidad pero que tras trabajarla a través de un proceso de elaboración emerge una figura compleja.
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