martes, 23 de octubre de 2012

10ª y 11ª de clases de DAI

"No se trata de pintar la vida, se trata de hacer viva la pintura." (Paul Cezanne)

Una vez más, y hoy empezando con una frase del pintor postimpresionista francés Paul Cézanne, me dispongo a comenzar con el ejercicio de reflexión de la séptima semana de clase. Nos encontramos en un punto clave, ya que estamos acabando nuestra etapa de creación de figuras abstractas, a modo de transición que nos lleve a las figuras tridimensionales habitables. Estamos finalizando el camino que nace en el dibujo figurativo y que desemboca en el trazado abstracto, una idea característica del Cubismo (ya entraremos en faena, ya que el tema trae cola, aunque por el momento, arena de otro costal). Dentro del Cubismo se desarrollaran diversas corrientes como puede ser (la que más nos interesa y en la cual vamos a prestar nuestra atención) el fovismo, cuyo mayor representante es Matisse.



Matisse representa el paso del postimpresionismo al cubismo. Su arte se fundamenta en los cuatro apóstoles postimpresionisatas Cezanne (estructura total del cuadro (figura y fondo integradas)), Seurat (pinceladas sistemáticas), Van Gogh y Gaugin (superficies de colores puros y con línea de borde), de los que aprende el oficio y sobre los que lleva a cabo una síntesis, aceptando unas influencias y rechazando otras.
En cuanto a su tratamiento de las figuras, practica al principio una pintura postimpresionista (abajo a la izquierda), construyendo el espacio a base de pinceladas discontinuas y mezclando colores. A continuación opta por los colores primarios y los complementarios, agranda la pincelada y comienza a plantear superficies de color, comenzando así con el fovismo.

 Dejando a un lado la teoría y centrándonos en la aplicación práctica, esta semana hemos continuado del tema del dibujo a través del tanteo y las tramas generativas geométricas que generan un fondo y una serie de figuras que se relacionan, interconectan y dialogan. No aparecen como dos entidades separadas e independientes sino que ambas se superponen y se van desarrollando al mismo tiempo. Esta relación provoca que dentro del propio cuadro exista una especie de organización y disposición de los distintos elementos, por lo tanto para conseguir aplicarla de manera correcta es necesaria la operación de tanteo, la creación de bocetos de tamaño reducido que nos indiquen la estructura, el esqueleto, del dibujo para así lograr una mejor comprensión del espacio pictórico. En nuestro caso, el cuadro se compone de una figura y un fondo superpuestos.






Una vez desarrollemos nuestra etapa de tanteo debemos aplicar una serie de tramas generativas que relacionen totalmente el fondo y la figura. Dichas tramas son partes en las que se aplica el color, trabajando a la vez figura y fondo,  para conseguir la idea de espacio continuo dentro del dibujo. Este es el resultado de dicho proceso

Sin embargo esta figuración debe ser radicalizada y llevaba al extremo que Matisse en varias de sus obras nos propone, es decir, una figura como silueta esbelta y simplificada. En esta percepción que Matisse nos propone el detalle queda eliminado y las formas adquieren una mayor fluidez y sensación de línea curvada.
A pesar de esta nueva forma de tratar la figura, el proceso creador es el mismo, partiendo de un boceto que relaciona las figuras y el fondo creamos una obra llena de zonas contrastadas que emergen como un todo en el que ambos elementos comparten importancia.





No hay comentarios:

Publicar un comentario