“La verdad existe, solo la mentira es inventada”- Georges
Braque
Jueves 14 de Febrero
Esta segunda semana de curso nos devuelve de nuevo al tema que
veníamos desarrollando la semana anterior, la representación de espacios
tridimensionales habitables. Por raro que parezca, aún me causa temor y
entusiasmo a partes iguales.
Las posibilidades que nos ofrecen nuestros dibujos son casi
inagotables, una verdadera cantera de formas que nacen de un primer dibujo de carácter
más representativo, a modo de germen de un mundo tridimensional totalmente
imaginado. Es difícil, o al menos para mi, conseguir que estos mundos se
conviertan en espacios habitables, ya que es cuestión de práctica el conseguir
abandonar nuestra visión representativa.
Imaginarme dentro de estos mundos y el hecho de ver como
estos se componen a través de formas geométricas complejas es algo que me
asombra, sin embargo quizás mis dibujos pequen de simples o demasiado poco
arcaicos.
Necesito liberarme.
Viernes 15 de Febrero
Comienza la clase, casi sin tiempo para situarnos, nos
dirigimos hacia la pantalla donde los profesores nos mostraran trabajos de
antiguos estudiantes.
Sin palabras.
Quizás estos vídeos aunque suene un poco exagerado,
marcaran un punto de inflexión en el desarrollo de mi primer año estudiando
arquitectura. El mero hecho de ver como unas simples fotografías maquetas y
piezas musicales encajan perfectamente creando una escena que te atrapa y no te
deja escapar. Es increíble el abanico de posibilidades que abrían esos mundos.
Volviendo a nuestro trabajo, que de algún modo sufrirá un
cambio en la mecánica de actuación, ya que nuestro interés por los resultados
nos lleva a perdernos lo que realmente importa, el proceso, un proceso que nace
de una cantera de formas casi aleatorias tridimensionales que se geometrizan y
crean composiciones complejas.
Muchas veces andamos perdidos en el proceso o en el que
hacer, por ello debemos afrontar el dibujo como un lugar que nos envuelve, que
nos evoca, que nos sugiere y que de algún modo refleja cada una de nuestras
emociones, y es que la arquitectura al menos para mi es el un conjunto complejo
de emociones humanas. Solo llegaremos a comprender el espacio si conseguimos
adentrarnos en él y mantener una relación evocativa con lo que nos rodea.
Sin embargo, la teoría está bastante bien, pero llega la hora de llevarlo a la práctica,
y con ello empiezan a gestarse nuestros dibujos.
Queremos CANTERAS DE FORMAS, procesos no resultados.
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