Clases 12 y 13 de DAI

“Para vivir una vida creativa debemos perder el miedo a equivocarnos”.- Joseph C Pearce

Para no perder la costumbre comienzo mi reflexión de la octava clase del curso con una frase que refleja perfectamente el sentimiento del trabajo que debemos afrontar. El de estos días no ha sido un tema fácil y por ello para llegar a la creación hay que pasar primero por la equivocación, por el error corregido que nos haga avanzar y superar las dificultades que entraña dicho tema. Este nuevo tema introducido será la REPRESENTACIÓN DEL ESPACIO, entendiendo dicho espacio como un lugar tridimensional habitable que nos acerque a la representación de la arquitectura.

Siguiendo de nuevo el modelo de representación espacial de Matisse de un modo bidimensional que consta de varias etapas como puede ser una primera de representación de figuras flotando en el espacio para después plantear el espacio con un único color (como método de apropiación de un espacio concreto) que muestre un conjunto de relaciones que lo caracterizan como un ambiente genérico. Este proceso se comenzara con un plano frontal o vertical y otro horizontal de manera diédrica y con formas que carecen de volumen.
Podemos señalar algunas operaciones a tener en cuenta como la relación figura fondo, el trazo de la línea de tierra o la conclusión del suelo y el plano vertical. Nos encontraremos ante espacios que utilizan varias tonalidades de un mismo color o elementos con colores de la misma gama que ayudan a apropiarse del espacio y definir sus formas.

Una vez conocida la teoría es necesario colocarse el mono de trabajo y meterse de lleno en la obra. Sin embargo, la culminación de un cuadro requiere de un proceso previo, una fase de ideación, de adquisición de formas y conceptos fundamentales a representar, y dado que a esta edad los alumnos somos muy dados a desviarnos del asunto, utilizaremos una pequeña ventana (7x10cm) contenida en un marco (13x16cm) que no ayude a captar la atención en una parte del espacio concreta. La primera operación consiste en trazar de forma fina y esquematica los elementos claves del espacio

Para concretar nuestro campo de visión tuvimos que recortar un marco de 13x16cm con una ventana de 7x10 cm en su interior. Con ello captábamos lo que queríamos realmente representar e incluso nos ayudábamos con la cámara de fotos (Imágenes 1 y 2). Comenzamos tomando un apunte rápido en el cuaderno, después otro apunte más definido que el anterior.
En definitiva una serie de bocetos que nos proporcionen una idea de lo que queremos representar antes de pasar a la acción.

He aquí dichos bocetos y el acabado final realizados con pasteles.

Sin embargo parece que algo no marcha del todo bien y nuestros cuadros necesitan algo ropededor. Dado que el tema es complicado de desarrollar, ya que tenemos que crear un espacio contenedor con figuras contenidas, y además se une al tema del tanteo y la transparencia que nos haga partir de un modelo inicial que desarrollaremos hasta llegar a la solución. Este cúmulo de situaciones debe reflejarse en el cuadro y que mejor manera de replantear de nuevo otro espacio distinto siguiendo el mismo proceso que utilizamos anteriormente.

Sin embargo parece que nuestros dibujos siguen siendo monótonos y necesitan de esa operación que el propio Matisse aplicaba a sus cuadros. Una operación de ruptura que relacionara las partes pero a su vez las desuniera.